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Roberto Céspedes, Sociologo egresado de la Universidad Católica "Ntra. Sra. de la Asunción", Master of Philosophy, Latin American Development, en la Universidad de Glasgow (Escocia), Master of Arts, Sociology, en la State University del New Jersey (USA).
Desde 1991 es docente en la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas, de la Universidad Católica "Ntra. Sra. de la Asunción".
Actualmente es Asistente del Director de la Revista Paraguaya de Sociología, revista paraguaya de Ciencias sociales para América Latina, publicación cuatrimestral, iniciada en 1964.".
Es autor de varias publicacioens ente las cuales se destacan: Realidad Social del Paraguay con CABALLERO M., Javier N. (Comp.) de 1998 y “Familias en Paraguay”, en: Familia y pobreza en el Paraguay de 2004.

 

 
Roberto Paredes, periodista y docente universitario, autor de numerosos libros. Como periodista se desempeñó en la prensa escrita en varios diarios como ABC Color, Diario Hoy, Diario Noticias, Última Hora, y La Nación. Fue editor de varias enciclopedias publicadas por La Nación. Es profesor en la Facultad de Artes y Comunicación de la Universidad Autónoma de Asunción. Ha publicado extensamente sobre el post-stronismo: Los “Carlos”, historia del golpe que derrocó a Alfredo Stroessner, con Liz Varela (1999); Los sucesos de Caaguazú, 1980 (2000); Los colorados y la transición, Los opositores y la transición, y Entidades y personas de la transición, trilogía (2001); El sindicalismo después de Stroessner, y La lucha de clases en el Paraguay, 1989-2002, ambos en el 2002; Resck: un rayo de ira santa, en el 2003.
 
   
La resistencia armada al stronismo:
panorama general

 
Roberto CÉSPEDES y Roberto PAREDES
 

Este texto es, en última instancia, una lucha por la memoria: por recuperar una y cuestionar a otra, por sacar a la luz una parte de la historia y de señalar las omisiones deliberadas de otra historia oficial.(1) Esta ultima se caracterizaba, en el período estudiado, o por negar la resistencia o magnificarla hasta la fantasía; nunca la verdad.(2) Recién ahora, en el cincuentenario del golpe de estado de Alfredo Stroessner y a quince años de una transición-consolidación democrática, se organiza una presentación global de las experiencias de resistencia armada al régimen. Esta sección introductoria pretende dos cosas y tiene tres partes. Ofrece un panorama global de la resistencia armada, tanto en sus características relevantes como en el contexto de la izquierda paraguaya, por una parte, e incluye un glosario de los conceptos considerados básicos para el tratamiento de la temática, por otra. El panorama global de la resistencia armada, sin atarse a pero sin descuidar la cronología, a través de sus características más relevantes ofrece Roberto L. Céspedes R. Después, se presenta una historia de la izquierda paraguaya, a través de la óptica de Roberto Paredes quien también redactó la tercera parte de esta introducción consistente en el glosario. Estas dos últimas contribuciones sirven de contexto más específico y fundamentan a la primera, y permiten la comprensión de los términos utilizados, respectivamente.
 

1. PANORAMA GLOBAL DE LA RESISTENCIA ARMADA(3)

1.1. Precisiones metodológicas previas

La resistencia armada a la prolongada dictadura de Alfredo Stroessner requiere de aclaraciones metológicas previas e indispensables, dado que el grueso de la terminología desde una perspectiva se presenta posteriormente en el Glosario que constituye parte de esta misma sección introductoria. En primer lugar, la violencia es casi inherente a la historia política paraguaya así como la resistencia a regímenes opresivos. Entonces, una forma de oposición siempre fue la armada; lo cual también se ha dado contra la dictadura estronista. Una segunda cuestión es el protagonismo o actores de la resistencia armada al estronismo. Si bien esta obra se centra en tres grandes o mayores experiencias no pueden excluirse a otras que carecieron de la magnitud o importancia de las aquí relatadas; a saber, el Movimiento 14 de mayo, el Frente Unido de Liberación Nacional (FULNA), y la Organización Político-Militar (OPM). El tercer factor a considerar es el signo ideológico de los protagonistas; se pasa de una guerrilla hegemonizada por el Partido Liberal, el Movimiento 14 de mayo, a otra de claro corte de izquierda revolucionaria y no vinculada al tradicional referente de la izquierda marxista como es el Partido Comunista Paraguayo (PCP). En cuarta instancia, debe tenerse presente la metodología de acción de los protagonistas. Entre las experiencias menores, en el sentido apuntado, se dieron intentos de clásicos golpes de estado con la intervención de civiles y militares como fueron las previas al Movimiento 14 de mayo (M14);(4) éste fue, solo en parte, una réplica del "Movimiento 26 de Julio" que protagonizó la lucha contra Fulgencio Batista en Cuba. Finalmente y no en menor medida, debe señalarse que los intentos de resistencia armada tuvieron una muy diferente capacidad de fuego contra el régimen mientras que éste desató una y otra vez una represión ilimitada, cruel y ejemplarizadora ante los brotes de resistencia pero siempre dentro de una estrategia de represión preventiva. Lo apuntado aquí merece señalarse como contexto en el cual se lleva a cabo la lucha armada. Asimismo, se excluyen de esta sección introductoria las evaluaciones acerca de la conveniencia y los resultados de estas experiencias de resistencia armada.

La estrategia política del estronismo contra la disidencia se ubica dentro de una lógica militar de amigo-enemigo; los indiferentes son tolerados en la medida que, precisamente, sean insensibles a los atropellos a los derechos humanos que el régimen imponía. Pero, en lo general se mantenía una lógica de guerra preventiva muy simple: impedir que se organice cualquier expresión autónoma del régimen, y en el caso de que se organice independientemente reprimirla antes de que se fortalezca. Y si tuviese alguna implicancia militar, la represión era, como se anotó previamente, ilimitada, cruel y ejemplarizadora. Era ilimitada por cuanto que el despliegue de recursos tanto en hombres, capacidad de fuego, y logística estaban absolutamente desfasados en relación al objetivo a combatir, que en verdad se trataba del enemigo a destruir. Según las circunstancias se podía combinar a la policía, las fuerzas armadas, y a los milicianos colorados. Era cruel por el castigo inimaginable en cuanto a alevosía y ferocidad en hacer sufrir y en disfrutar con el sufrimiento del vencido. Mostrar algún signo de piedad o humanidad con el prisionero era traición. Más que crueldad se trataba de sevicia, como si ésta definida como crueldad extrema pudiera producir algún referente del dolor, del terror, y del horror sufridos. Finalmente, pero no en menor medida, se trataba de una represión ejemplarizadora, perversamente pedagógica en mostrar la crueldad del régimen y la impunidad de sus crímenes. Era ejemplarizadora en cuanto que mostraba o hacía saber el destino sufrido por los prisioneros. Si a los guerrilleros del M14 o del FULNA se les sacaba los ojos o se los castraba estando vivos entre otras torturas de las milicias del general Patricio Colmán con el visto bueno del ministro del Interior Edgar L. Ynsfrán y se tiraba sus cuerpos al río Paraná para que lleguen a la costa argentina o se hacía saber de estas atrocidades, su intención era que se vea el castigo. Otro caso sería el de los comunistas presos en la Comisaría Tercera de Asunción o de los militares presos en el Cuartel Central de Policía de la capital por decenios. La intención ejemplarizadora era diferente. En el primer caso, buscaba frenar en lo inmediato la continuidad de la lucha; en el siguiente, la intención ejemplarizadora es permanente: disuadir a quienes podían pensar en la contestación al régimen. Aquella era la muerte atroz en días, aquí se trataba de la prisión sin límite de tiempo, sin saber si se moriría en prisión. Los ejemplos son casi infinitos pero lo apuntado sirve de muestra, valga la palabra, ejemplarizadora.

1.2. Características de la resistencia armada

La resistencia armada, especialmente desde la experiencia del M14, muestra, fundamentalmente, la globalización tardía paraguaya. Si bien, el país siempre ha estado en un creciente proceso de globalización, desde lejanos tiempos coloniales, una de las particularidades de la de hoy es precisamente la rapidez de los procesos. Por consiguiente, la réplica de guerra de guerrillas con rasgos foquistas (5) en 1959 y 1960 puede ser leída así aunque el M14 se funda en Buenos Aires en diciembre de 1958, antes del triunfo de Fidel Castro en La Habana a inicios de 1959. Pero si el M14 tuvo elementos foquistas en su versión operativa, careció de la línea ideológica del foquismo. Por el contrario, el FULNA(6) ya se plantea una guerra de guerrillas con esta ideología y metodología cuando opera en 1960. Pero, en lo que puede denominarse una segunda fase de la guerrilla del PCP que culmina en 1965, su orientación ideológica comunista se mantiene pero dentro de lo que puede denominarse la versión de guerra popular y prolongada (GPP) más cercana a la experiencia china que a la cubana. Finalmente, en la década de 1970 hasta el último intento de 1980 se tiene una influencia de guerrilla neofoquista mezclada, quizás, con algo de GPP; con influencia fundamentalmente del Cono Sur en ámbito geográfico y en el área urbana que luego va incorporando a sectores rurales, y que termina con un intento rural en 1980.

Al señalar la globalización desde la resistencia no debe olvidarse a la globalización desde los centros hegemónicos internacionales y desde el poder nacional. Más que el golpe de Alfredo Stroessner, el mantenimiento de su régimen se encuadra en la Guerra Fría y el cuidado del "patio trasero" de la potencia hemisférica, los Estados Unidos de América. No debe olvidarse que en 1954 se producen los golpes de Estado en Guatemala y en Paraguay y que Alfredo Stroessner se declara desde el principio anticomunista. La cuestión estaba en que todo disidente se transformaba en comunista y que la filosofía anticomunista se resumía en el apotegma de que "el mejor comunista es el comunista muerto". En otras palabras, la globalización si bien fue y es tardía en los procesos paraguayos, siempre ha llegado primero a los sectores e intereses dominantes, y recién posteriormente se ha globalizado la protesta o resistencia de los sectores dominados. La resistencia armada se ubica, indudablemente, en este posterior momento de la globalización.

Una segunda característica relevante es el protagonismo de la juventud, tanto en la cantidad de personas como en los liderazgos de las organizaciones de resistencia. En efecto, considerando la estructura de edad joven del país es casi impensable la ausencia de los jóvenes; entendidos a éstos como menores de 30 años. Pero, no se trata solamente del número. Para el tipo de acciones como las armadas, solamente jóvenes con un profundo sentido de entrega a causas libertarias, sin mayores compromisos personales o familiares, y, en muchos casos, con desconocimiento de los peligros más que riesgos de este tipo de empresa, pueden optar por estos compromisos extremos. Indudablemente si se piensa en la edad de los integrantes de base de varios intentos de resistencia se encontrará una significativa presencia de jóvenes hombres y mujeres, en menor medida.

Si bien la categoría etaria de juventud es amplia, cabe, en tercera instancia, señalar con mayor detalle que se trata de la juventud de clase media. Mayores especificaciones de la misma pueden cambiar según la experiencia llevada a cabo, y lo que sigue, son hipótesis. Otra vez debe diferenciarse lo que puede considerarse base y dirigencia de estos movimientos-organizaciones; y lo que usualmente se nomina indiferenciadamente como campesinado dado que existen estratos sociales en el mismo. En el caso de la OPM su ala urbana contaba con dirigencia urbana y educada considerando la proporción de universitarios. En su ala rural probablemente haya contado con sectores medios del campesinado en su dirigencia, y quizás los más educados -aunque no formalmente- en ese mismo nivel organizativo. Indudablemente lo que se puede considerar la segunda etapa de la guerrilla del PCP tenía base-dirigencia rural y en el M14 se tuvo a gente joven de origen rural aunque viviendo en un contexto urbano en la Argentina. En cualquiera de los casos, el protagonismo de la clase media en la dirigencia a nivel general y en las bases de algunas experiencias particulares pareciera una constante.

Para la descripción en mayor detalle de las experiencias señaladas ya en las distintas fases de las experiencias de insurrección armada, se establecen cuatro ejes que son: a) la concepción de la resistencia al régimen por algunas organizaciones, b) las ideologías, c) las organizaciones, d) la metodología de lucha, y e) el contexto regional (Argentina y Brasil). Estos aspectos se desarrollan en la siguiente sección.

1.3. Fases de la resistencia armada

Se pueden encontrar tres fases de diversa duración en la resistencia armada al estronismo. Estas fases, como en todos los procesos sociales, se solapan; cuando aún no ha acabado una ya se ha incubado la otra. Asimismo, dada la naturaleza del fenómeno, lo que se sabe es ya la parte "visible" (por la represión) del proceso que no necesariamente está acabado. La periodización que se presenta intenta combinar las características de los ejes mencionados precedentemente. Una primera y muy breve fase constituye el período anterior a la experiencia guerrillera rural que se inicia en 1959 con el M14; y que se puede denominar de la resistencia tradicional. La segunda fase se inicia con el M14 en 1959 y culmina, por así decirlo, con la muerte del líder sobreviviente de la guerrilla rural del PCP en 1970, "Agapito Valiente". Esta fase que puede dividirse en dos etapas, 1959-1960 y 1960-1970, puede calificarse como de la guerrilla rural. Finalmente, a partir de 1974 hasta 1980, la tercera fase, es de guerrilla predominantemente urbana antes que rural. Comienza con el descubrimiento de intento de aprovisionamiento de armas del llamado EPR* pasa por la OPM y culmina con un último intento de guerrilla rural en 1980. El cuadro que se presenta seguidamente ofrece un panorama global que se irá desglosando más adelante.

Fases,
Protagonistas,
Características

Fases

1954-1958

1959/1962-1970

1974-1980

Protago-nistas

princi-pales

Liberales y exmilitares

Coup d’etat o Golpismo
Urbano

   

Liberales, febreristas, y Comunistas

 

Guerrilla
Rural

 

Izquierda marxista

   

Guerrilla
Urbana y
Rural

a) La resistencia tradicional

La violencia, uno de los ejes constitutivos mayores de nuestra vida política, no estuvo ausente en la resistencia. El punto de partida es, en el corto plazo, la guerra civil de 1947 y la sucesiva inestabilidad política que culmina con el golpe del 4 de mayo de 1954, caracterizados por la violencia desenfrenada contra una población indefensa, en una marcada recesión económica, todo lo cual conduce a una emigración significativa. Sin embargo, los partidos derrotados como, principalmente, el Liberal seguían contando con identificación popular e inclusive dentro de las Fuerzas Armadas que estaban en intensos procesos de coloradización y corrupción, paralelos y con mecanismos de retroalimentación. Con gente como exmilitares de la guerra del Chaco o civil de 1947 o de las Fuerzas Armadas cuando aún existían segmentos constitucionales o nacionales, y algunos vínculos dentro del país, se tienen intentos significativos de golpes de Estado, en 1956 y en 1958.

El 4 de noviembre de 1956 se frustra un intento con involucrados fundamentalmente liberales como Carlos Pastore y Alfredo Ramos, y algunos militares institucionalistas. Pero, indudablemente las influencias del Partido Liberal estaban muy debilitadas porque "fue una conspiración de cabos y sargentos" (Esteche N, 1996: 71). Posteriormente, en 1958, en febrero existe un intento de penetración desde la costa argentina a la altura de Angostura; en abril se tiene otro intento de toma de la comisaría de Coronel Bogado. Finalmente, en octubre se reprime a un nuevo intento de incursión armada desde Puerto Bouviere; otra vez, desarticulado inmediatamente. En fin, parecía que los intentos clásicos del coup d’etat estaban terminados.

En otras palabras, la concepción de la resistencia al régimen pasaba por la resistencia civil, en sus diversas formas, e incluyó a la resistencia armada a través de los intentos tradicionales de golpe de Estado; esto es, la concepción de resistencia al régimen así como la metodología de lucha empleada. La ideología sustentada era bastante simple: restauración de las libertades y cese de las persecuciones, sobre todo al Partido Liberal, y a la coloradización de las Fuerzas Armadas. Lo último se estaba dando aceleradamente también en la Administración Pública pero no parecía preocupar demasiado a los opositores dado que se priorizaban las libertades fundamentales que incluían el respeto a la vida de las personas. Finalmente, en el contexto regional tiene mayor influencia la Argentina en donde no se percibe un apoyo a la acción opositora paraguaya aunque sin colaborar con el régimen estronista. Los militares gobernantes en la Argentina no veían con buenos ojos al gobierno del Paraguay porque había protegido al general Juan Domingo Perón y se inclinaba inequívocamente hacia el Brasil.

b) La guerrilla rural

Posteriormente, con el triunfo de Castro se reavivaría una experiencia que se conoció en la guerra del Chaco y en la guerra civil de 1947, la guerra de guerrillas o montoneras, siempre en el ámbito rural. Aquí cabe dividir la experiencia que, en parte, resultó más real que las conspiraciones descubiertas. Por una parte, se tiene al M14 y, por otra, al FULNA. El M14 estuvo hegemonizado por la juventud del Partido Liberal y contó también con disidentes del Partido Revolucionario Febrerista (PRF) y colorados disidentes. En ambos casos, los dirigentes históricos de dichos partidos se opusieron a dicho intento. El FULNA de una coordinación interpartidaria inicial (liberales, febreristas, comunistas), ya a fines de 1960 tuvo dirigencia comunista, articulada por el PCP. El M14 tiene una breve e intensa acción y desde la Argentina se adentra en Paraguay, aunque se trata de grupos muy pequeños y con mucho entusiasmo, acciona entre 1959 y 1960. En Junio de 1960 es "borrada" la columna liderada por Juan José Rotela, el M14 deja de existir orgánicamente. Por otra parte, se dio el intento de articular las fuerzas del M14 y el FULNA.

Dos etapas tiene el FULNA. La primera de 1959 hasta julio de 1960 cuando dadas las represiones y la falta de respuesta campesina (apoyo) en la medida que se demandaba no se dio, el PCP cambia su estrategia. La segunda se inicia en agosto de 1960 y termina con la muerte de su más connotado dirigente en 1970, el comandante "Agapito Valiente"; luego de sucesivas olas represivas en 1964 y 1965. De la expectativa en una victoria de corto plazo y con apoyo externo y en menor medida interno, el PCP pasa a buscar una victoria en el largo plazo para lo cual decidió centrarse en la propaganda y en establecer comités campesinos (Treherne, 1982: 40). El foquismo inicial dio paso a la estrategia de GPP pero con rezagos de la metodología anterior lo cual entorpeció sustantivamente la acción de la guerrilla rural basada en la zona central del país, en las Cordilleras. Dificultades de comunicación entre el brazo político y el militar, restricciones logísticas, luchas internas, e infiltrados de las fuerzas de seguridad paraguayas condujeron a un debilitamiento de la guerrilla que en la segunda oleada represiva, de 1965, prácticamente desapareció.

En esta fase, la concepción de resistencia armada pasa por la guerra de guerrillas rural; o por lo menos desde el campo para posteriormente, en algún momento, articularse o extenderse a las ciudades. Este el caso de tanto el M14 como el FULNA en sus dos momentos. Las ideologías vigentes son de retorno a la democracia y medidas sociales para tratar los problemas de pobreza, fundamentalmente campesina, en el caso del M14. Otro tanto se plantea en la primera etapa del FULNA entre los partidos de esa coalición, y, posteriormente, ya exclusivamente en manos del PCP, medidas más acordes a esta concepción ideológica. Pero, en ambos casos, especialmente en el segundo, las políticas públicas eran fundamentalmente declaraciones del deber ser antes que de su implementación dada la lejanía con y complejidad del aparato de Estado. Las organizaciones son, como se ha reiterado, por una parte, el M14, y, por otra, el FULNA, éste con dos momentos. La metodología de lucha, dentro de la guerra de guerrillas, fue diferente por momentos. El M14 y el FULNA inicialmente plantean el foco como metodología revolucionaria mientras que en la segunda etapa del FULNA se enfatiza la GPP-China. El M14 plantea el foquismo sin la connotación ideológica que habría de conllevar mientras que el FULNA tiene este sesgo, por momentos, en la segunda etapa. La primera fase del FULNA produce mucho conflicto interno en la membresía precisamente por la alianza con los partidos burgueses.

El contexto internacional cambia sustantivamente en este lapso, por etapas y según protagonistas. La mayor influencia directa siempre ha estado de Argentina. Ante el M14 existe una tolerancia y hasta cierto apoyo de parte de la inteligencia argentina, dada la beligerancia entre los militares que derrotaron a Perón y el régimen de Stroessner que lo tuvo que proteger y por su inclinación hacia el Brasil. Sin embargo, posteriormente, se combinan, por una parte, un pragmatismo ante la solidez del régimen paraguayo, y, por otra, la influencia norteamericana en calificar a las organizaciones guerrilleras, especialmente al FULNA, como comunista-castrista. Entonces, de la tolerancia y hasta apoyo inicial en 1958-1959, se pasó al control y a la información del movimiento guerrillero a fines de 1960 ante el M14 y especialmente ante el FULNA. En el lapso que va de 1960 a 1964, la Argentina pasa de un gobierno militar a otro civil y en 1966 se vuelve a la dictadura militar. Ya la línea continental, post-revolución cubana, en plena guerra fría, el eje de la política interna e internacional era el "anticomunismo". Legitimaba la represión y proporcionaba fondos.

La política del Brasil hacia el gobierno de Alfredo Stroessner siempre fue de apoyo porque el nuevo "hombre fuerte" estaba quebrando la tradicional hegemonía argentina. Hoy, Brasil, retribuye al viejo dictador los favores recibidos, protegiéndolo. Lo disponible sobre Brasil es puntual y obedece a etapas de su presidencia. La represión a los guerrilleros del M14 en territorio brasileño por tropas paraguayas obedece a la compra de las autoridades locales por enviados del dictador así como el rescate de los dos sobrevivientes de la "masacre de nochebuena" se vincula al presidente democrático brasileño de entonces, Janio Quadros, derrocado por el golpe militar de 1964 (Martínez Cuevas, 2002).

c) La guerrilla urbano-rural

Si con la muerte del comandante guerrillero en 1970 desaparece definitivamente la guerrilla del PCP, en toda esa década se dieron cambios socioeconómicos insospechados en Paraguay y en la región del Cono Sur. Paraguay con Itaipú vive una bonanza insospechada en su historia; se produce una profunda transformación de la sociedad, por ejemplo en su estructura social así como en la urbanización.(7) En el Cono Sur, se tiene la "vía democrática al socialismo" y luego regímenes militares, por una parte, y, organizaciones revolucionarias armadas tanto urbanas como rurales, por otra. Otra vez, la influencia argentina es mayor que la brasileña. Los vínculos de la futura guerrilla o intentos de guerrilla del Paraguay son con este país. La particularidad de esta fase es el crecimiento de organizaciones revolucionarias armadas fuera de y confrontando a "el" partido de la izquierda marxista, el PCP. Este tipo de organizaciones se inclinan hacia un neofoquismo; las experiencias más conocidas son las de Argentina y Uruguay. Los cambios políticos se dieron mirando a la Argentina y el Cono Sur como Uruguay o Chile dado que los sucesos de Bolivia o Brasil parecían más lejanos.

Las luchas campesinas ante la irrupción acelerada del capitalismo agrario y los cambios en las ciudades, con luchas sindicales y estudiantiles, además del entorno internacional favorable a la lucha armada, y, con una dictadura que se mostraba incólume y perpetua, condujeron a visualizar alternativas a través de vías armadas. Las mismas estuvieron influidas por el entorno regional. Los resultados fueron los mismos de la experiencia pasada con la diferencia que, en esta fase, las experiencias carecieron en todo momento de territorio "amigo" aunque se tuvieron organizaciones "fraternas", por una parte, y, el teatro de operaciones siempre fue interno o nacional.

Esta fase tiene tres momentos de diferente envergadura: a) previo a la OPM, b) la OPM, y c) el intento de 1980; el lapso comienza en 1974 y culmina en el umbral de la década final de la dictadura. El intento de organización revolucionaria anterior, o paralelo, o conocido previamente, a la OPM fue registrado en noviembre de 1974 cuando se descubre la célula del Ejército Popular Revolucionario (EPR), cuya dirigencia está "desaparecida"; esto es, asesinada y sin paradero de sus restos. Se trata, hasta donde se sabe, de un intento abortado en su etapa inicial así como de raíz (Boccia y otros, 1994: 217-229). En 1976 y posteriormente en 1978 es desbaratada la OPM, probablemente la organización de mayor nivel de desarrollo organizativo y político considerando la cantidad de gente involucrada, de sectores urbanos y rurales, y de personas con experiencia de lucha, dentro de los parámetros de entonces (Boccia, 1997). Finalmente, ya en un contexto nacional e internacional de decreciente -por decir, lo menos- poder y éxito de la lucha armada, en un casi absoluto aislamiento se dio el inicio de intento de guerrilla rural con la toma del ómnibus de Caaguazú (Paredes, 2000).(8)

En esta fase, la más cercana al presente, la concepción de resistencia armada continúa con la guerra de guerrillas aunque en este caso, a diferencia de la anterior, no se circunscribe al ámbito rural. Por el contrario, se cuenta un intento urbano (EPR), otro rural (1980), y el tercero que articula a ambas áreas (OPM). Las ideologías son las del socialismo revolucionario, con elementos del nacionalismo revolucionario (Paredes, 2000: 77). Las organizaciones ya fueron mencionadas. La metodología de lucha es neofoquista aunque no exclusivamente;(9) inclusive con algunas combinaciones no esperadas. El contexto internacional se caracterizó por alguna cooperación de las organizaciones revolucionarias y, por supuesto y en una dimensión infinitamente superior, por la represión internacional de las dictaduras militares contra toda disidencia, especialmente la armada, institucionalizada en el "Operativo Cóndor". Esto fue intercambio de información, recursos, y prisioneros entre los gobiernos militares; una articulación sin fronteras para reprimir "subversivos" aunque con fronteras para operativos "nacionales".
 

2. LA DERROTA HISTÓRICA DE LA IZQUIERDA(10)
(notas sobre su desarrollo y para su comprensión)

Muy a grandes rasgos, la historia del movimiento socialista en el Paraguay muestra que en ningún momento tuvo un solo representante. Siempre estuvo dispersa, como expresión de la divergencia de proyectos, por el carácter esencialmente atrasado del capitalismo, y por pugnas internas por el liderazgo. Así, cuando se fundó el Partido Comunista Paraguayo (PCP) en 1927, tuvo que disputar la hegemonía entre los trabajadores con los anarquistas, primero, y con marxistas y socialistas independientes, después, que no se conformaban con los proyectos de los comunistas.

En la década de 1940, sin embargo, el predominio del Partido Comunista al interior del movimiento socialista quedó muy claro, hecho que se explica por varias razones:

  • Fue el mejor momento del PCP, con sus cuadros y activistas presentando una mística inédita, en parte producto de circunstancias internacionales que favorecían la reafirmación en sus convicciones.

  • El anarquismo estaba tocando fondo, perdiendo mucha fuerza tras la derrota de la revolución española (1936/39), y manteniendo en la región apenas un bolsón importante, en el Uruguay. En nuestro país solo quedaron individualidades.

  • El Febrerismo contaba con un buen plantel de dirigentes de izquierda, pero soportaban un internismo feroz; pues el grueso de los adherentes de Rafael Franco más bien se mostraba partidario de posturas de centro y de derecha.

El PCP era muy disciplinado y contó con la ventaja adicional de tener los cuadros mejor instruidos y preparados desde el punto de vista doctrinario. Fueron años de oro para el partido, que nunca más se repetirían.

La derrota de las "fuerzas revolucionarias" en la Guerra Civil de 1947 constituyó un terrible golpe para la izquierda, pues sus mejores dirigentes y militantes se vieron forzados a abandonar el país. No obstante, parte de sus fuerzas quedaron dentro, trabajando políticamente en condiciones muy adversas.

La huelga general de 1958 tuvo como protagonistas importantes a dirigentes y activistas socialistas, tanto del PCP como del Febrerismo, pero su derrota también significó un duro golpe para la izquierda. De hecho, tres de los principales dirigentes comunistas de entonces se encontraban presos: Antonio Maidana, Alfredo Alcorta y Julio Rojas.

Entre finales de la década de 1950 y comienzos de la de 1960, los diversos sectores de izquierda se vincularon a los proyectos armados: el Movimiento "14 de Mayo" y el Frente Unido de Liberación Nacional (FULNA). La experiencia fue desastrosa: decenas de cuadros fueron muertos.

Las divergencias con el máximo dirigente comunista de entonces, Oscar Creydt, llevaron a la división del PCP en varias fracciones. Ya a comienzos de la década de 1960 se perfilaba lo que se dio a mediados de ella; el partido se había divido en dos sectores claramente diferenciados: el PCP pro-soviético y el PCP pro-chino.

En la década de 1960, precisamente, emergieron en el Paraguay, al igual que en otras latitudes, movimientos de izquierda que nada tenían que ver con el PCP. Se tuvo así, por ejemplo, el primer intento de constitución de una Organización Político-Militar (OPM) bajo el liderazgo de Juan Carlos Da Costa, y el surgimiento del Movimiento Independiente (MI), cuyo principal dirigente fue Juan Félix "Pon" Bogado Gondra, quien vaticinaba ingenuamente el fin de los partidos tradicionales.

Estos movimientos de finales de la década de 1960 soportaban como rasgo característico común el difícil hecho de ser una suerte de huérfanos políticos e intelectuales; habían crecido "sin padres", lo que les privó de la posibilidad de incorporar en su formación los resultados de décadas de experiencia de lucha. Las consecuencias fueron tremendamente negativas: en el caso de la primera OPM, por ejemplo, la mezcolanza de ideas dispersas, tomadas sin criterio alguno de varias fuentes, condujo a la presentación de una propuesta confusa; en el caso del Movimiento Independiente, no hace falta tomar dos ejemplos: no se pudo haber vaticinado el fin de los partidos tradicionales, propios de sociedades pluriclasistas, pues ello debía ser necesariamente el resultado histórico de una profunda transformación, a cuyas puertas no se estaba.

Otra organización surgida en esa misma década fue el Movimiento Paraguayo de Liberación (MOPAL) que tuvo una ventaja clara sobre los otros, pues entre sus principales fundadores y dirigentes habían militantes de amplia experiencia, que estaban tanto en la Argentina como en Paraguay. El MOPAL surgió proponiendo abiertamente la constitución de un movimiento pluri-clasista, para promover una lucha de liberación nacional, en la que se colocaba al imperialismo como el enemigo central. Después -ya en la década de 1970-evolucionó en dirección a propuestas más clasistas y reivindicó la táctica insurreccional, estrechando vínculos con el Partido Revolucionario de Trabajadores (PRT) de la Argentina, cuyo brazo armado era el Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP).

A comienzos de la década de 1970 se crearon nuevas agrupaciones de izquierda:

  1. la Organización Primero de Marzo u Organización Político-Militar (OPM) de nuevo impulsada por Juan Carlos Da Costa, que se estructuró fuertemente entre estudiantes de la ciudad y campesinos de las ex Ligas Agrarias de algunas regiones del país.

  2. El Partido Obrero Revolucionario Armado (PORA) que fuera un desprendimiento de sectores contestatarios del Partido Colorado, que avanzó hacia la reivindicación de posiciones marxistas.

Esta década resultó sumamente dura, pues entre 1974 y 1977 se produjeron "razzias" represivas que terminaron desmontando literalmente las pequeñas organizaciones de izquierda:

Primero. En noviembre de 1974 se reprimió severamente al Ejército Paraguayo Revolucionario (EPR), organización armada, que reivindicaba el terrorismo como método de lucha. La tesis principal del movimiento en cuestión no era tan descabellada como sus críticos pretendieron y pretenden presentarlo. La propuesta era simple: primer paso, atentar contra Stroessner; después, atentar contra los miembros del entorno stronista. En ningún momento el EPR afirmó que la solución de fondo a los problemas paraguayos derivarían de la desaparición física de Stroessner y de sus allegados, sino que con ello se desencadenarían cambios en la política paraguaya, lo que en sí ya era positivo. Ni estaban lejos de la razón, por una parte, y tuvieron el raro mérito de haber sido coherentes con sus propuestas, pues armaron un atentado contra Stroessner que había fracasado por fallas en un detonador. Sus principales miembros fueron detenidos, brutalmente torturados y dos años después asesinados: Carlos Mancuello, Benjamín Ramírez, Rodolfo "Tato" Ramírez y Amilcar Oviedo.

Segundo. También entre noviembre y diciembre de 1974 la represión alcanzó de lleno al MOPAL. Sus integrantes mantenían discusiones con el EPR, y en su imprenta (un mimeógrafo) se imprimía el periódico del EPR. En un principio la policía política sospechó que el EPR era el brazo militar del MOPAL, pero luego se percataron de que se trataba de dos organizaciones diferentes. El MOPAL no era contrario a la lucha armada, pero no la preparaba; sus tareas fundamentales consistían en el funcionamiento de células que desarrollaban trabajos clandestinos de propaganda (Formación de cuadros) y actividades semi-legales de politización, al amparo del Partido Febrerista. La violenta represión llevó a la cárcel a sus principales dirigentes y activistas; los que quedaron fuera emigraron o se mantuvieron expectantes. Entre sus principales referentes que fueron apresados estaban Angel Cantalicio Bernal Font, ex secretario general desde la fundación del movimiento; Arnaldo Llorens, secretario general en ese momento; Bernardo Rojas, Fernando Robles, Sebastián Romero, Roberto Cubas Grau, Julián Cubas, y otros.

Tercero. Otra pequeña agrupación del Departamento de Cordillera también fue golpeada en ese período, pero pese a las brutales torturas a que sometieron a sus principales sospechosos (Víctor Duré y Agripino Silva), nada en limpio sacó la represión sobre el carácter y la extensión del movimiento.

Cuarto. En febrero de 1975 se desató una fuerte represión en la colonia Jejuí, que terminó con la experiencia comunitaria de un núcleo campesino, que trabajaba bajo el liderazgo del padre B. Maciel. La operación represiva fue llevada adelante bajo el comando del coronel Grau, conocido como "el carnicero" y de Pastor Coronel y su plana mayor del Departamento de Investigaciones. Entre otros, el padre B. Maciel fue herido durante la intervención.

Quinto. En diciembre de 1975 la represión stronista se abatió sobre el Partido Comunista pro-soviético, cuyo secretario general era Miguel Angel Soler. Los comunistas venían sosteniendo un trabajo de más de un año para rearticularse en el Paraguay, por lo que varios de sus dirigentes habían ingresado clandestinamente al país. El trabajo de reorganización fue bastante temerario, pues pocas personas tenían el conocimiento de todo lo relativo a la ubicación de los cuadros y activistas. El manotazo fue duro: fueron muertos Miguel Angel Soler, Octavio González y Derlis Villagra, y brutalmente torturados otros miembros de su conducción, como Olegario "H.H." Rodríguez, el "técnico" del partido, y Celsa Ramírez, esposa de Derlis Villagra. Conocidos personajes del ámbito cultural fueron a parar a las cárceles, como Mauricio Schwartzmann, Miguel "Gato" Chase, Victorio Suárez, Carlos Salaberry y Gloria Estragó, entre otros. Tres cuestiones más sobre el PCP: uno, la caída demostró que el partido ya no contaba con militantes y activistas del temple de los de antes, capaces de soportar cualquier tipo de tormentos, pues varios colaboraron con la policía; dos, el ingreso al país fue precipitado, aparentemente por la pugna por el control del aparato partidario; tres, sus propuestas fundamentales no habían variado: "la revolución democrática burguesa", bajo la hegemonía de la burguesía nacional (¡!).

Sexto. La más extendida represión de esos años se dio entre abril y mayo de 1976, oportunidad en que se reprimió con extrema violencia a la Organización Político-Militar, la OPM. El elemento desencadenante fue la detención de Carlos Brañas Gadea, el 4 de abril, en la frontera, entre Encarnación y Posadas. A partir de ahí se siguieron días trágicos: el 5 muere en un enfrentamiento con la policía su máximo líder, Juan Carlos Da Costa; ese mismo día "desaparece" Martín Rolón y es detenido -para ser muerto después- Mario Schaerer Prono. Decenas de detenidos; centenares después. Hubo operaciones represivas en otras regiones: Paraguarí y Misiones, sobre todo, y Cordillera en menor medida. En Misiones, para tener una idea de la violenta intervención policial, los cuatro hermanos López fueron asesinados y enterrados en una fosa común. Los muertos de la OPM se aproximaron a 20; los detenidos fueron alrededor de 800; se estimaba que la OPM tenía por lo menos 600 activistas, de lejos el emprendimiento de mayor envergadura. Si bien todas las experiencias históricas merecen un análisis a fondo, destinaremos un espacio mayor a la OPM, experiencia sobre la cual se publicó un libro que en nada refleja la composición social del movimiento, el carácter de la organización, los rasgos esenciales de sus propuestas, el contenido doctrinario del proyecto, las distorsiones de sus prácticas y la actitud colaboracionista de algunos de sus principales referentes:

  1. Composición social del movimiento: La OPM estaba compuesta esencialmente por pequeños-burgueses urbanos y rurales. En la capital, sus militantes eran sobre todo profesionales jóvenes y estudiantes universitarios, el grueso de los cuales habían estado vinculado al Movimiento Independiente, el MI. En el campo, sus militantes eran ex activistas y adherentes de las Ligas Agrarias Cristianas, pequeños productores agrícolas. La emergencia misma de la OPM se explica por un fenómeno de radicalización de sectores de la pequeña-burguesía urbana y rural. La radicalización que en los centros urbanos se dio porque fueron permeados fácilmente por la experiencia argentina (ERP-Montoneros), por una parte, y porque la propuesta del MI les parecía demasiado blanda, "reformista", conciliadora, por otra. La radicalización de la pequeña burguesía rural que había estado vinculada a las Ligas Agrarias, por el cierre abrupto de los espacios legales, por un lado, y la actitud desleal de la Iglesia, que les sirviera de guía, primeramente, y los abandonara, después, por otro lado. Precisando más: no se trató de la radicalización de la pequeña burguesía, en general, debido a apremios económicos, sino de la radicalización de segmentos pequeños-burgueses organizados en estructuras esencialmente progresistas, disconformes por razones sobre todo de orden político.

  2. El carácter de la organización: La estructura organizativa de la OPM era similar a la de los Montoneros de Argentina, con la que mantenía estrechos vínculos de cooperación. Los Montoneros tenían dos rasgos característicos que definían el carácter de su organización: alto nivel operativo, lo cual era positivo, y bajo nivel político y doctrinario, lo cual era negativo. En la experiencia de la OPM ambos rasgos también estuvieron presentes, pero menos positivo el nivel operativo, y más negativo el nivel político y doctrinario.

  3. Los rasgos esenciales de sus propuestas: Las propuestas fundamentales estaban explicitadas en el "Decálogo" de la OPM, que no fue un invento de la policía, como muchos llegaron a sostener, sino que reflejaba la verdadera mezcolanza doctrinaria que los principales dirigentes de la organización tenían en la cabeza; mezcla de "leninismo", "guevarismo" y "maoismo". Cuando se publicó, por el motivo de ser una mezcla de todo, los más avisados activistas y dirigentes de izquierda coincidieron en asegurar que el tal "Decálogo" no existía, pues de hecho el documento madre era un verdadero adefesio doctrinario.

  4. El contenido doctrinario del proyecto: Al margen del "Decálogo", sin embargo, es necesario caracterizar con precisión en qué corriente de pensamiento se inscribía finalmente la OPM, y sin lugar a dudas la misma se encontraba entre las que reivindicaban en última instancia el "nacionalismo revolucionario", que coloca como contradicción fundamental de la sociedad el tema de la dependencia económica del país de los centros internacionales.

  5. Las distorsiones de sus prácticas: Dos ejemplos bastan: en la OPM se hablaba de proceso de "proletarización", y la práctica concreta consistía en despojarse voluntariamente de todos los bienes de que uno disponía, para que la organización determinase finalmente con qué bienes se iría a sostener; esto iba desde los ingresos monetarios hasta las ropas. En rigor, el proceso experimentado fue el de "pauperización voluntaria", pues el concepto proletarización encierra experiencias radicalmente diferentes. Por otra parte, en cuanto al tema de la seguridad, se adoptaron medidas sofisticadas, como ser anotar en papeles -que después debían destruirse- los nombres reales de los que irían a participar de los operativos. Dichos papeles nunca se destruyeron, lo cual facilitó el trabajo policial en abril de 1974.

  6. La actitud colaboracionista de algunos de sus principales referentes: el número dos del movimiento era Diego Abente Brun, el mismo que se desempeñó como ministro de Justicia y Trabajo de la administración González Macchi; pero no fue el único. Pero la conducta más irritante de varios de los miembros de la OPM se dio posteriormente, en la prisión de Emboscada, cuando varios de ellos se dispusieron a trabajar en los jardines y huertas de los militares y policías, además de "soplar" sobre los trabajos de formación y la organización interna de los presos. De todos modos, no se debe descalificar a nadie desde un punto de vista "moralista", pues eso carece de rigor científico; la conducta colaboracionista de parte de los dirigentes y activistas de la OPM en la prisión fue, en última instancia, producto de la debilidad ideológica, lo que fue, a su vez, responsabilidad de los principales propulsores del movimiento.

Séptimo. Aún en 1976 la represión alcanzó al Partido Obrero Revolucionario Armado, PORA, cuyo líder, Leandro Velázquez, fuera muerto en la Argentina, en el marco de un extraño "ajuste de cuentas". Varios de sus militantes, todos de la zona de Itapúa, fueron a parar a las cárceles.

Octavo. En junio de 1977 se puso fin a un proyecto pre-partidario, al golpearse de lleno al Movimiento Independiente, el MI, cuyos principales referentes fueron a parar a la prisión o al exilio: Juan Félix Bogado Gondra, Jorge Canese, José Nicolás Morínigo, Oscar Rodríguez Campuzano, Antonio Pecci, Eduardo Arce y Adolfo Ferreiro fueron presos; Ricardo Canese, Juan Manuel Marcos y Julio César Barreto fueron al exilio. Se intervino la revista "Criterio", al cual estaban vinculados todos los mencionados, pero el trasfondo real era la propuesta -verde aún por lo que todo indicaba- de formar una suerte de Partido Independiente. Los del MI reivindicaban una línea de masas, es decir, progresista, pero de lucha política de masas. Debido a la formación de la OPM había experimentado una suerte de vaciamiento, pero sus referentes insistieron en articularse con sectores afines para promover una oposición progresista de masas al stronismo.

Noveno. Entre 1977 y 1978 el llamado "Operativo Condor" -cooperación de los aparatos represivos de los países del Cono Sur- mostró sus garras: varios militantes del Movimiento Popular Colorado (MOPOCO) y del Partido Comunista Paraguayo (PCP) fueron severamente golpeados. El dirigente colorado Agustín "Tito" Goiburú fue secuestrado en la Argentina, y traído y asesinado en el Paraguay. El líder de los comunistas pro-soviéticos, Antonio Maidana, desapareció en Buenos Aires; Alfredo Alcorta fue recluido en la cárcel de Buenos Aires y Julio Rojas se escapó. Otros militantes comunistas y colorados habían sido detenidos en la Argentina y entregados a las autoridades de Paraguay, como Gladys Sannemann y Herminio Stumps, entre otros.

Décimo. En 1980 se produjo un intento de lucha armada campesina bajo el liderazgo de Victoriano Centurión, Estanislao Sotelo y Gumercindo Britez Coronel, éste último miembro del Comité Central del Partido Comunista pro-chino. El alzamiento fue reprimido con extrema violencia: alrededor de 5.000 soldados y milicianos stronistas se lanzaron a la caza de los insurrectos; se produjo un enfrentamiento entre las fuerzas el 11 de marzo, resultando muertos 10 de los 20 guerrilleros, entre los cuales Britez Coronel y Sotelo. Victoriano Centurión consiguió escapar y fue al exilio.

Undécimo. El Partido Comunista pro-chino venía realizando un trabajo de reorganización en el país, recibiendo golpes limitados en 1977 y 1978; pero en 1982 le alcanzó de pleno, siendo apresados el grueso de sus militantes y activistas locales. De las represiones extremadamente violentas bajo el stronismo, ésta fue la última; se estaba entrando en la fase que quedara conocida como "dictablanda", por una parte, y la izquierda había sido literalmente desarticulada para entonces, restando tímidas expresiones de su existencia.

La izquierda en el Paraguay, como en muchos países de América Latina, se propuso durante los años de la Guerra Fría la doble tarea de:

  • derrocar a la dictadura, e

  • introducir transformaciones generalizadas y profundas en todas las esferas, económica, política y social.

Uno de los motivos de su fracaso radicó, precisamente, en no ser lo suficientemente aguda para caracterizar más correctamente el carácter de las contradicciones predominantes en la sociedad, que relegaban a un segundo plano el tema de las contradicciones de dominación de clase.

La experiencia lejana, geográficamente y desde el punto de vista temporal, que influyó de manera decisiva para la preponderancia de dicha concepción fue la revolución rusa. En ésta, los bolcheviques, liderados por Lenin, habían propuesto liquidar el absolutismo y simultáneamente llevar adelante transformaciones globales, en la línea de la tesis del "transcrecimiento revolucionario", enunciada por Lenin, o de la "revolución permanente" enunciada por Leon Trotski, que hablaba de realizar paralelamente a los cambios anti-absolutistas tareas históricas propiamente socialistas.

La experiencia cubana, más cercana desde los puntos de vista geográfico y temporal, influyó también en el mismo sentido. Castro encabezó un movimiento que liquidó la dictadura de Baptista y transformó radicalmente a Cuba. La experiencia vietnamita también se había dado de manera relativamente similar. Parecía, por tanto, que el tema de la doble tarea histórica era algo así como lo normal y lo correcto.

La experiencia china, poco conocida, sin embargo aportaba elementos totalmente diferentes en cuanto al manejo de las contradicciones. Así, por ejemplo, Mao había promovido una alianza con Chan kai Shek para desprenderse de la ocupación japonesa. Es más: parte esencial del llamado maoismo es el manejo de las contradicciones, del cual esta alianza es un ejemplo.

Ni las experiencias de Rusia, Cuba, Vietnam, China o mismo Nicaragua, sin embargo, servían para que la izquierda paraguaya construyese una teoría de la revolución paraguaya. Las condiciones que se dieron en los mencionados países fueron muy diferentes, peculiares, por lo que sus teorías sirvieron para esos momentos históricos y en esas circunstancias. Por dar ejemplos rápidos:

  • Rusia, profundamente debilitada en el marco de la Primera Guerra Mundial, experimentó una profunda crisis de dominación social, que se expresó de manera clara en un caos creciente en el seno de las clases dominantes, monárquicas y burguesas,

  • Cuba, sometida por una férrea dictadura a condiciones miserables de existencia, apostó a un profundo cambio democrático, prometido por Castro y el Movimiento 26 de julio, que después de transformó en cambios anti-capitalistas.

  • Vietnam soportó la intervención extranjera directa que apoyó y sustentó un régimen dictatorial. La izquierda vietnamita planteó la doble tarea, pero para que ello fuera viable fue necesario y se dio una alianza plena y sin reservas de sus clases dominantes locales con las fuerzas extranjeras de ocupación.

  • En China se planteó una transformación especial, y en el proceso de toma del poder, tras "la larga marcha", jugó un papel de primer orden el campesinado, de lejos el sector social más numeroso del país.

  • En Nicaragua, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) planteó una democracia radical frente al extremadamente prolongado dominio de la dinastía Somoza, y triunfó tras una insurrección que no pudo ser controlada por la derecha.

En cada proceso particular, en pocas palabras, se dieron condiciones locales diferentes, objetivas y subjetivas, que resultaron determinantes, así como contextos internacionales favorables, que posibilitaron la concreción y el mantenimiento de los procesos revolucionarios.

El análisis de las experiencias internacionales, de hecho, sirve para comprender a profundidad el tratamiento adecuado de las contradicciones en contextos peculiares, de donde el intento de transportar mecánicamente las experiencias: tácticas y estrategias, además de incorrectas resultaron altamente negativas.

En el Paraguay, al igual que en otras latitudes, algunos grupos de izquierda trataron de importar tácticas y estrategias de experiencias extranjeras. No fue el caso del Partido Comunista, ciertamente, que más bien oficiaba de brazo largo de la política exterior soviética o china, pero sí fue el caso de la inmensa mayoría de los movimientos que reivindicaron la lucha armada como método de lucha, que por falta de formación doctrinaria y de experiencia política, apostaron a tratar de reproducir tácticas y estrategias que resultaron válidas en otros países.

En nuestro país, por su ubicación geográfica, la revolución estaba subordinada directamente a la evolución igualmente revolucionaria de uno de los dos grandes países vecinos, Brasil o Argentina. Paraguay fue siempre, en realidad, un prisionero geopolítico, de donde las transformaciones locales debían seguir necesariamente los cambios que eventualmente podrían darse como mínimo en uno de esos países. Como en poquísimos países del mundo eso de que no era posible "el socialismo en un solo país", en el Paraguay tenía una dramática vigencia, pues estaba amenazada de una inminente asfixia, resultando imposible repetir una experiencia como la liderada por José Gaspar Rodríguez de Francia, debido a la alta y creciente interdependencia que primaba en la arena internacional.

Este tema clave, aparentemente simple, no se comprendió en su real dimensión, de donde resultó que se levantaron propuestas de lucha inconexas, que de antemano estaban condenadas al total fracaso.

Por otra parte, la izquierda nunca analizó a fondo la composición social de la formación paraguaya, de donde lo que hizo fue aplicar mecánicamente conceptos y categorías, algunas de valor universal, otras relativas. La izquierda coincidió (y coincide) en caracterizaciones que no son científicas. Por ejemplo:

  1. "La alianza obrera-campesina, bajo la hegemonía de la clase obrera, liderará la revolución" (propuesta doctrinaria y política del leninismo), con total independencia de la composición de la sociedad paraguaya, en la que el proletariado propiamente industrial era y es una minoría. Dicha fórmula fue y es propuesta invariable de todos los grupos de izquierda que se reclaman "leninistas", que aplican mecánicamente una solución práctica viable en la Rusia zarista, pero que ni siquiera en 1917 era aplicable a otros países europeos más desarrollados. Lo que hicieron Lenin y otros teóricos marxistas rusos, como Trotski y Bujarin, fue construir una teoría de la revolución rusa, por decirlo así, en el marco de uno de los más ricos debates teóricos, trazando estrategias y tácticas de validez en ese país, que después -sobre todo bajo el dominio stalinista de la III Internacional- "ganaron" el status de verdades universales e incuestionables. Y sin descartar la eventualidad de que esas estrategias y esas tácticas fuesen aplicables a otros procesos nacionales distintos, lo cierto es que la manera correcta de proceder es la de construir la teoría de la propia revolución, en cuyo marco no se puede descartar obviamente la experiencia internacional, pero se debe partir del hecho irrebatible y científico de que no existe verdad "a priori".

  2. El Partido Comunista Paraguayo pro-soviético, por ejemplo, planteaba en las décadas de 1960 y 1970, la siguiente fórmula: "revolución democrática burguesa, bajo la hegemonía de la burguesía nacional". Se partía -aquí y en otras latitudes, pues la fórmula fue la misma para todos- de la base de que existían supuestas contradicciones irreconciliables entre los intereses de las burguesías nacionales y las imperialistas, de donde presuntamente las burguesías nacionales estarían interesadas en rupturas anti-imperialistas. Este verdadero adefesio teórico hizo de norte en la política de los partidos comunistas pro-soviéticos, y terminó llevándolos a la marginalidad política, pues sus presupuestos resultaron totalmente falsos. Los demás grupos "leninistas" disputaron ser los más coherentes; es decir, los que con mayor rigor aplicaban los principios teóricos y políticos del leninismo. Los pro-chinos, por su parte, se empeñaron por hacer prevalecer las estrategias y tácticas "maoistas" y tuvieron similar suerte.

  3. En general, salvo raras excepciones, se reivindicó como incuestionable la teoría leninista de la organización. Lenin propuso, en Rusia, la formación de un partido de cuadros, de profesionales, y desarrolló toda una teoría acerca de cómo se crea la conciencia de clase en el seno del proletariado. Pero Lenin propuso una organización de cuadros porque en la Rusia zarista era imposible el funcionamiento de un partido de masas, por un lado, y porque en el proceso de construcción de la conciencia de clase, una organización de cuadros resultaría más eficaz, por otro lado. Después del triunfo de la revolución rusa, y en el marco de un traumático proceso de creación de partidos comunistas frente a los viejos partidos socialdemócratas de la II Internacional, la teoría de la organización de Lenin ganó la categoría de verdad universal e incuestionable. No obstante, al margen de la fórmula, los "leninistas" paraguayos se esmeraron por tener organizaciones de masas (primera contradicción) y sus cuadros distaban lejos de ser verdaderos cuadros (segunda contradicción); muchos apenas masticaron un poco de marxismo de segunda mano, nunca llegaron a las fuentes.

  4. Tareas esenciales de la organización -de acuerdo con la concepción leninista- son la propaganda y la agitación; entendiéndose por propaganda la transmisión de muchas ideas a pocas personas (formación de cuadros y creación de condiciones subjetivas) y por agitación la transmisión de pocas ideas a mucha gente (creación de condiciones objetivas). Ni propaganda ni agitación desarrolló la izquierda paraguaya y, para colmo, muchos "cuadros" ni siquiera tenían una comprensión acabada del contenido simple de las tareas fundamentales mencionadas.

  5. El problema de fondo, en última instancia, fue que la inmensa mayoría de los integrantes de la izquierda paraguaya se formaron en condiciones sumamente adversas. El Partido Comunista nació coincidentemente con la hegemonía del stalinismo en la URSS, y soportó desde sus comienzos los vicios de formación propios de la época (Marxismo vulgarizado). La nueva izquierda, por llamarlo así, también bebió versiones vulgarizadas de marxismo, leninismo, maoismo o trostkismo, soportando tremendos vicios de formación doctrinaria, que condicionan todo su accionar, limitándolos tremendamente, y hasta llevándolos a una cierta marginalidad.

 
3. GLOSARIO(11)

Doctrina de la Seguridad Nacional: Conjunto de tesis de los estrategas de Defensa de los Estados Unidos que se impuso como política de Defensa Nacional en los diversos países capitalistas, centrales y periféricos, y que colocaba al comunismo como la amenaza central para la "democracia occidental y cristiana". De ella derivó la tesis "Democracia sin comunismo" y la misma sirvió de alero para la instalación de las férreas dictaduras militares, asignando roles protagónicos centrales a las Fuerzas Armadas en el control político.

Foquismo: Teoría de la lucha armada que propone la instalación de "focos" de rebelión (pequeños grupos de combate), para dividir las fuerzas adversarias, que deberían ser hostilizadas de manera sistemática, sin caer en un enfrentamiento directo con fuerzas regulares. Se aplicó exitosamente en las experiencias cubana y vietnamita, y frustradamente en Bolivia y algunos países africanos. Su desarrollo doctrinario más acabado lo realizó Ernesto "Che" Guevara, por lo que la teoría se conoce también como "guevarismo". Su aplicación es esencialmente rural; implica encontrar terrenos geográficos bien protegidos, que permitan golpear al adversario y replegarse con seguridad.

Golpismo: Teoría que apuesta a provocar cambios estructurales o desplazamientos de gobiernos, apelando a movimientos militares o cívico-militares, pero que implican necesariamente la participación de efectivos de las propias Fuerzas Armadas para asegurar el desarrollo exitoso de la operación. Puede darse con o sin derramamiento de sangre, de acuerdo con el nivel de resistencia que oponga el adversario eventual. Se utilizó en la revolución rusa, a partir de las actuaciones del Comité Militar Revolucionario, creado por Lenin y Trostky.

Guerra de guerrillas: Consiste en la teoría que apuesta a desarrollar una acción armada que evoluciona desde enfrentamientos limitados y parciales hacia una verdadera guerra convencional. Las experiencias vietnamita, cubana y nicaragüense constituyen ejemplos de su aplicación exitosa. La guerra de guerrillas se propone dividir a las fuerzas adversarias de la manera más amplia posible, golpeando donde hay menores concentraciones de tropas: se forman pequeños grupos de combatientes y se atacan puestos o patrullas, mientras paralelamente se acumulan fuerzas para acciones de mayor envergadura hasta llegar a una suerte de guerra convencional.

Guerra Fría: Situación que se instaló en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial, entre 1948 y 1989, en que se produjo el derrumbe del bloque socialista europeo. Su característica central fue el enfrentamiento entre el capitalismo y el socialismo, en las más diversas esferas: económica, política, ideológica, tecnológica, militar y cultural. Tuvo como protagonistas centrales a los Estados Unidos, en el Oeste capitalista, y a la Unión Soviética, en el Este socialista. Fueron expresiones de la misma, entre otras manifestaciones, la carrera armamentista, el militarismo, la carrera espacial, los conflictos bélicos localizados, que involucraban guerras de descolonización o luchas revolucionarias.

Guerra Popular y Prolongada: Teoría aplicada en la experiencia china, bajo la conducción de Mao Tse Tung o Mao Ze Dong, que apuesta a la formación de movimientos armados en el campo, para luego cercar las ciudades y tomarlas. "De lo simple a lo complejo, de lo pequeño a lo grande". La teoría de la Guerra Popular y Prolongada (GPP) consiste en un desarrollo táctico muy creativo, que quedó conocido como "maoismo". La propuesta fue adoptada por diversos movimientos armados en las décadas de l960 y 1970, entre los que se destacó el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) aunque hay que precisar que el triunfo sandinista de 1979 no se dio sobre la base de su aplicación, sino sobre la base de la aplicación de la teoría insurreccional.

Insurrección: Rebelión popular con alta dosis de espontaneidad, que se produce a partir de la maduración de las contradicciones internas inherentes a las relaciones sociales. Para algunos sectores marxistas, la insurrección es un levantamiento masivo contra el orden constituido y al producirse es responsabilidad del partido u organización darle organicidad a la violencia de las masas expresada espontáneamente en el levantamiento, de modo que se conquiste el poder y se lleven adelante las transformaciones.

Internacional Comunista: Llamada también Tercera Internacional, nació del desprendimiento de la Segunda Internacional o Internacional Socialista, en 1919, después de la revolución rusa de 1917. Aglutinó a los sectores marxistas más revolucionarios, que se organizaron sobre todo en los Partidos Comunistas y estuvo dirigida por el "Cominter" hasta 1943, año en que el mismo dejó de funcionar, al acceder el Partido Comunista de la Unión Soviética, PCUS, a realizar una concesión a sus aliados capitalistas contra el nazismo, durante la Segunda Guerra Mundial.

Vanguardismo: Desviación de los activistas políticos, que lleva a pretender sustituir a las clases sociales en sus misiones históricas, otorgándose a sí mismas (las vanguardias) la representatividad de los intereses de los sectores sociales, a veces, y en casos extremos de toda la sociedad.

Voluntarismo: Desviación de los activistas políticos, que haciendo caso omiso de las realidades objetivas impulsan actividades de carácter revolucionario, aún cuando las condiciones generales resultan adversas.
 

NOTAS

1. La lucha política por la memoria no se limita a un pasado mediato o distante. Está en lo cotidiano. La acción de los medios masivos de comunicación de masas in-forman, con-forman, o des-in-forman; tal es el caso del "Marzo paraguayo" y la acción de ABC Color dedicado a la propagación de la contra-historia (Rivarola, 2004). Otros factores son los rituales conmemorativos, como la "fecha feliz" (González, 2002); además de los más conocidos y formales como el sistema educativo. A nivel regional, lo más completo se halla en los siete volúmenes publicados bajo la dirección de Elizabeth Jelin (2002-2003). (Atrás)

2. El texto de Boccia, González y Palau (1994) demuestra la negación deliberada de la verdad y las fantasiosas mentiras de los aparatos de seguridad, siempre orientadas a la historia oficial que, jamás buscaba difundir la verdad. (Atrás)

3. Capitulo realizado por Roberto L Céspedes, sociólogo; docente en las Universidades Católica y Nacional de Asunción; cespedes@rieder.net.py. (Atrás)

4. Se utiliza arbitrariamente la sigla M14 para representar al Movimiento 14 de mayo cuando no es así en los otros casos donde FULNA u OPM o PCP, nombrados hasta ahora, son las auto-denominaciones por las que se reconocen las mencionadas organizaciones. (Atrás)

5. Véase el glosario. (Atrás)

6. Para esta sección, sobre el FULNA no se contaba con el texto, sobre esta organización, que aparece en este mismo volumen. (Atrás)

7. El concepto de "Gran Asunción" se acuña a partir de los resultados censales de 1982; es la década del crecimiento y de la urbanización acelerados como se registra en los estudios sociales de entonces y de ahora. (Atrás)

8. En estos dos últimos casos, se cuenta con publicaciones disponibles, de diversos enfoques y extensión; lo cual constituye casi una excepción considerando que los otros textos se refieren a experiencias casi remotas. (Atrás)

9. Véase el artículo de Roberto Paredes, a continuación, en esta misma sección introductoria. (Atrás)

10. Capitulo realizado por Roberto paredes, periodista, docente universitario, y autor de varios textos, con énfasis en el post-stronismo. (Atrás)

11. Capitulo realizado por Roberto paredes, periodista, docente universitario, y autor de varios textos, con énfasis en el post-stronismo. (Atrás)
 

BIBLIOGRAFIA

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